Hace unas semanas escribía para Código Público un artículo titulado “Los grandes olvidados del mundo literario”, en el que exponía el arduo trabajo al que están expuestos los escritores aficionados, especialmente los noveles. Imaginen por un momento esta situación en personas que no son más que adolescentes. Para soñar no hay edad, y es por eso que el sueño de escribir y publicar un libro toca a la puerta de muchos menores. Es por ello que en esta serie también los adolescentes tienen cabida, pues quiero exponer sus vivencias en el mundo literario, sus trabajos y sus vidas.

Hoy, viajo desde mi silla hasta Almendralejo (Extremadura) para entrevistar a la cuarta invitada de la serie de entrevistas “Escritores en tiempos de Instagram”, Gema Torrado. Una joven de quince años que hace unos meses publicaba su primer libro: “En ruinas como Roma”
En mi libro me he expresado con total sinceridad y con el corazón en la mano, he intentado decir de la mejor manera posible temas muy complicados, y a veces he logrado que hasta el más pequeño pueda sentirse identificado. Es el reflejo de una vida destrozada: aunque el sentido esté perdido, voy a luchar hasta encontrarlo.
Gema Torrado — (Extracto de la entrevista)
P: ¿Quién es Gema Torrado?
R: Soy una chica de quince años que vive en Almendralejo, Extremadura. Pienso que la pregunta de quién soy no te la podría responder con total seguridad. Sí es verdad que he aprendido mucho, y puede que en mi libro se refleje mi madurez y mi capacidad para hablar de ciertas cosas algo complicadas, pero creo que me falta muchísimo por conocer. Realmente, todavía no me he conocido suficientemente a mí misma como para poder responder qué o quién soy. Ahora mismo se me ocurren miles de adjetivos que podrían describirme, tanto para bien como para mal. Por ello creo que con quince años nadie pueda saber en su totalidad quién es.
P: ¿Con qué edad comenzaste a escribir y por qué?
R: Comencé a escribir a los ocho o nueve años: escribía frases que me decían, me inventaba o incluso leía. Las coleccionaba, pero a esa edad no me tomaba nada en serio. A los once años, mi hermana me regaló el libro “Naufragio en la 338”. Gracias a ese libro, admiré la poesía contemporánea y entré en este mundo, por así decirlo. Me llamó tanto la atención como para dedicar mi tiempo en él, ya no solo leyendo sino también probando la escritura. ¿El por qué? Porque simplemente cuando escribo es cuando me siento completamente libre, cuando siento que me puedo expresar con total libertad. El sentirte libre haciendo algo que te gusta es de las mejores sensaciones.
P: ¿Por qué te centras en la poesía y no, por ejemplo, en narrativa?
R: Me centré especialmente en la poesía porque me llamó mucho la atención que cada vez que leía un verso o un poema, cada uno tenía un universo diferente al anterior. Le podía dar la perspectiva que yo quisiera e incluso interpretarlo de cualquier manera y seguía quedando bien. Es por eso por lo que, en mi libro, en cada relato defiendo que el lector pueda darle una perspectiva diferente a la mía con el fin de que se sienta más seguro. Para mí, lo bueno que tiene la poesía es eso, que le puedes dar mil vueltas que sigue quedando bien.
P: ¿Qué significa para ti el simple hecho de escribir?
R: Escribir se puede interpretar de muchas maneras, pero yo lo definiría como libertad. Libertad de escribir lo que tienes en mente y quitarte ese peso de encima, decir “ya lo he escrito, no tengo porque llevarlo más a la espalda”. Pensar que otros pueden identificarse con lo que yo he escrito, aparte de decirles de esa forma que no están solos: hay personas que seguramente sufren o sienten lo que yo he expresado en mi libro. Por ello, es simplemente una forma de libertad, porque cada palabra que escribo es un peso menos encima de mí.
P: ¿Crees que el hecho de que seas adolescente influye en tu poesía?
R: Yo creo que sí, completamente. El ser adolescente es complicado, muchas veces no nos sabemos expresar lo suficientemente bien para que los adultos nos entiendan. Mi libro está lleno de desamor, amor y la rabia que muchas veces sentimos. Así, incluso un adulto puede entenderlo o incluso poder entender un poco más a sus hijos si se identifican. Ser adolescente me ha ayudado a escribir porque todas las cosas que me están pasando o me han pasado, las he redactado.
P: ¿Cuándo tomaste la decisión de escribir un libro?
R: Yo creo que la decisión de escribir un libro muchas veces no la eliges. Tus pensamientos, tus palabras o como tu quieres expresarte en el papel es quién te elige a ti. Te dice: “esto es bueno, has sacado todo lo que llevabas dentro y sirve para un libro”. Pienso que más que haberlo elegido yo, fue a los doce o trece años, cuando ya mis relatos me dijeron “esto vale”. Yo los leía y releía y me sentía bien leyéndolos, porque eran un peso que solté. Fueron ellos (los textos) quienes me eligieron a mí. Tú puedes elegir, pero en cierta parte son las propias palabras las que muchas veces te tienen que elegir a ti.
P: ¿Qué papel juegan tus padres en la publicación de tu libro?
R: Los padres son la motivación principal. Si tus padres te dicen que no puedes, que no sirves o que hagas otra cosa, te desmotiva completamente. Pienso que los padres deberían apoyar a sus hijos de la manera que, si quieren publicar, les digan “hazlo”. Mis padres y los padres en general son lo principal, ¿no? Aparte de tu confianza y seguridad de decir “voy a publicar un libro”, el apoyo de tus padres es fundamental. También son importantes para firmar un contrato o para el adelanto económico, como en mi caso, pero es más importante su apoyo.
P: ¿Qué nos podrías contar acerca de “En ruinas como Roma”?
R: Creo que es una puerta hacia todas mis ruinas para que todos aquellos que las lean se identifiquen con ellas. En el libro me he expresado con total sinceridad y con el corazón en la mano, he intentado decir de la mejor manera posible temas muy complicados, y a veces he logrado que hasta el más pequeño pueda entender y quizás sentirse identificado. Muchas veces no le encuentro el sentido, pero al tenerlo presente, al crear tu propia historia y al verla reflejada en cada relato, le creas el sentido que tú quieras a todo el desorden de letras que yo he plasmado en el libro. Es el reflejo de una vida destrozada: aunque el sentido esté perdido, voy a luchar hasta encontrarlo.
P: ¿Por qué decidiste ponerle ese nombre?
R: Es curioso porque cuando mi hermana me regaló el libro “Naufragio en la 338”, empecé a investigar y a centrarme en la poesía antigua. Ahí vi las lenguas antiguas, el latín y el griego. Entonces vi un vídeo sobre Roma: “Si todos los caminos van a Roma, ¿cómo se sale de Roma? A mí me entusiasmó y empecé a buscar cosas sobre la ciudad, hice muchos trabajos para el instituto también. Y es curioso porque el título es “En ruinas como Roma”, pero si le damos la vuelta, Roma al revés es Amor, por lo que sería: el amor está en ruinas. Y es eso lo que transmito en el libro, que el amor actual de los adolescentes está en ruinas porque no nos fijamos tanto en los detalles como antes. Es eso lo que quiero dar a entender con el título, pero está tan oculto que pocos se llegan a dar cuenta.
P: ¿Cómo ha sido recibido por tus amigos y conocidos el hecho de que teniendo tan solo quince años hayas escrito y publicado un libro?
R: Tanto amigos como familiares, cuando digo que he publicado un libro, se quedan como: ¿qué? ¿cómo?, y yo intento explicarme: “sí, sí, un libro con mi nombre, lo he escrito yo”. Se quedan muy sorprendidos, incluso quitando lo de mi edad, porque sorprende mucho el simple hecho de que alguien cercano pueda hacer algo tan grandioso como escribir un libro. Aunque hoy en día la literatura se consuma más con los móviles que en los propios libros, pienso que el hecho de que un libro tenga tu nombre y sea tuyo, genera siempre sorpresa. Me dan muchísimo apoyo, me dicen que va a salir todo bien, que voy a ser reconocida. E incluso alguno me hace la típica broma de decirme que si algún día me hago famosa que no me olvide de su persona. [risas]. La verdad es que me he sentido muy querida por todos. Lo han criticado para bien: me han dicho que se nota que tengo quince años pero que con la madurez que represento en alguno de los textos, no lo parece. Eso me hace quedarme satisfecha con lo que publicado.
P: ¿Tienes algún referente?
R: El primer libro que leí de poesía contemporánea, de Loreto Sesma, es un referente para mí. También empecé a leer mucho a Pablo Neruda. Me llama muchísimo la atención: me gusta la sutileza que tiene para la poesía. También, antes de publicar leía mucho a Defreds. Yo creo que son esos empujones de seguir leyendo los que te motivan a pensar que tu nombre puede estar también en un libro.
P: ¿Qué le recomendarías a un adolescente que quiere iniciarse en el mundo de la escritura?
R: Lo principal que recomendaría es que se sienta libre escribiendo. Como he dicho antes, yo escribo principalmente para sentirme liberada de todos los pensamientos y malos momentos que he sentido. También recomiendo que, si de verdad le gusta, luche por ello y no se rinda a pesar de que muchas personas le digan que no puede o que no sirve. Que se aferre a escribir y que, si su verdadero sueño es publicar un libro y darse a conocer, que lo cumpla. Si algo quieres con ganas, se hará realidad.
P: Y, por último, ¿cuáles son tus planes de futuro en el mundo literario?
R: Me gustaría estudiar literatura y publicar el siguiente libro, que ya estoy escribiéndolo. Seguir escribiendo sería mi principal plan, porque me siento muy bien cuando lo hago. Me gustaría decir que creo que si continuo en esa línea podría tener un futuro en este mundo.