Columnas,  Literatura

Universo cortazariano

La literatura es para mí una forma de vida. Y dentro de ese mundo, y llevándolo al terreno más personal, he encontrado una persona que siempre está sin siquiera estar. Alguien quien realmente puedo decir que admiro: Julio Cortázar. No fue hasta hace relativamente poco que me pude adentrar, no tan solo en sus letras, sino en su universo. Entender a Julio Cortázar es mucho más que leer cualquiera de sus libros, cuentos o poemas. Es sentirte atrapado por esa serenidad con la que habla, por esa erre gutural que le hace tan significativo.

La opinión de Julio César Ruiz Aguilar
Julio Cortázar

La literatura es para mí una forma de vida, un fiel acompañante, de los que están en las buenas, pero principalmente en las malas. Y dentro de ese mundo, y llevándolo al terreno más personal, he encontrado una persona que siempre está sin siquiera estar. Alguien quien realmente puedo decir que admiro: Julio Cortázar. En cierto modo, podría decir que yo no lo encontré a él, sino que fue él quien me encontró a mí. Desde hace años que había oído hablar de su persona gracias, principalmente, a un cercano amigo de la familia que aprovecha cada rato libre, y no libre, para proponerme lecturas. Además, es porteño, como Cortázar. Pero, aún así, no fue hasta hace relativamente poco que me pude adentrar, no tan solo en sus letras, sino en su universo. Entender a Julio Cortázar es mucho más que leer cualquiera de sus libros, cuentos o poemas. Es sentirte atrapado por esa serenidad con la que habla, por esa erre gutural que le hace tan significativo. Para mí un flechazo:  terminé “Bestiario”, su primer libro de cuentos, en tan solo un día, y lo único que conseguí fue querer seguir leyéndolo. Entonces, me vi envuelto en sus entrevistas, audiolibros y otros documentales. En ese momento, en el que admiras más a la propia persona por persona que por sus palabras, es cuando sabes que no hay vuelta atrás. Cortázar tenía un lado humano que superaba aun con creces su faceta como escritor, y como escritor todos sabemos que es de lo más grande que ha dado el siglo veinte en Latinoamérica. Junto, obviamente, a otros tantos grandes escritores que me atrevería a mencionar, pero que no es ni necesario. Fue una persona—un tanto—misteriosa. Parecía que siempre escondía algo, guardándolo para que más tarde quedase reflejado en alguno de sus escritos. No lo digo porque lo conociese, es obvio que no: cuando yo nací Cortázar llevaba diecinueve años fuera de este mundo, sin escribir. Pero tenía una cercanía, con sus letras y con sus entrevistas, que daba la impresión de conocerlo incluso sin conocerlo: algo sublime. Rayuela, desde mi punto de vista su obra maestra, es una oda la imperfección, al ser y no ser, es algo indescriptible, como la vida misma. Solo quienes la sentimos podemos hablar de ella sin hablar, es un idioma, algo grandioso, y a la misma vez, no es más que un conjunto de palabras. Eso es Cortázar. Para mí, una motivación para escribir en la esquina de cualquier café oyendo jazz, al igual que solía hacer él en su querida París.

5 Comments

  • Julio César Ruiz Aguilar

    Muchas gracias por comentar, Karla.
    Me alegro que haya sido de tu agrado leer esta columna, para mí es muy significante.

    Un abrazo.

  • Jorge

    Pero qué bueno que te haya vuelto loco tu tocayo.

    Es un tipo más que interesante y me alegra enormemente que lo hayas descubierto.

    Así da gusto recomendar cualquier cosa. Gracias, por tenerlas en cuenta. Es un placer compartir cualquier cosa pero si encima es un libro, ya es lo máximo.

    Abrazo,

    Jorge.

  • Julio César Ruiz Aguilar

    Gracias a ti por compartir y recomendar.
    Para mí siempre será placentero poder concordar alguna pasión contigo.

    Y sí, Cortázar es todo un genio.
    Dan ganas de perderse por París o por la misma Buenos Aires.

    Un abrazo enorme.

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